La eterna pregunta sobre las proteínas.

Lo primero que hay que hacer, es tener en cuenta que hay que cuidar muy bien lo que comemos cada día, al principio es algo consciente y que hay que planificar, hasta que llegue el momento en el que la alimentación saludable y vegetal forme parte de un hábito.
Uno de los aspectos a tener muy en cuenta es la ingesta adecuada de proteínas. Ya la etimología de la palabra nos da una gran pista: proviene del griego πρωτεῖος (proteios) que significa primario o de “primera importancia”. Hay quien considera que son más nutritivas las de origen animal, pues su valor biológico es mayor, pero eso no quiere decir que consumir solo proteínas de origen vegetal sea nocivo, ni mucho menos. Por otra parte, las proteínas vegetales contienen mucha menos grasa saturada y menos colesterol, lo que demuestra sus innumerables ventajas.
El “truco” para que las vegetales adquieran un valor biológico equivalente a las de origen animal, consiste en mezclarlas entre sí, combinando legumbres con frutos secos o cereales; así, por ejemplo, si tomamos un vaso de leche de soja (legumbre) con cereales, estamos obteniendo una gran cantidad de proteínas. Tan sencillo como esto…
Para encontrar alimentos ricos en proteínas no hay que buscar mucho, están en nuestra dieta habitual: las lentejas, los pistachos, las nueces, los piñones, los guisantes, las alubias, la levadura de cerveza etc., y cómo no, “nuestra querida soja” en todos sus formatos (leche, tofu, texturizada, tempeh…).
Aquí dejo el enlace de una página en la que indica varios ejemplos de complementación proteica
Y otro con un artículo de Josep Vicent Arnau (naturópata) llamado "Dónde encontrar proteinas vegetales".
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