Leche de avena casera

La leche de avena, además de estar buena y de sentar genial, es muy beneficiosa para nuetro organismo, ya
que se trata de un cereal rico en vitaminas, especialmente vitaminas E y B1 y B2, aporta 6 de los 8 aminoácidos esenciales, así com magnesio, hierro y calcio.
La avena ayuda a depurar el organismo, a controlar los niveles de azúcar, a regular el colesterol... entre muchos otros beneficios.
Hoy quería compartir con vosotros esta receta de bebida de avena, sienta genial fresquita y aguanta varios días en la nevera. Además, no contiene lactosa, por lo que es apta para quienes son intolerantes a esta sustancia o a quienes les sienta mal y prefieren excluirla de su dieta.
 Aunque pueda parecer costoso, en realidad es muy sencillo y tendrás una leche barata y sin azúcares añadidos, ni conservantes o colorantes.

Necesitas:
1 litro de agua
1 taza grande de copos de avena
una pizca de sal (muy poca, solo para realzar el sabor)
dos cucharadas de miel (para la opción vegana, puesdes usar sirope de ágave o unos 4 dátiles deshuesados)


Preparación:
Ponemos la avena en un bote o cuenco, la cubrimos con agua y dejamos reposar unas 12 horas. Cuando la avena esté muy blanda, es hora de enjuagarla y escurrirla, la mezclamos con el litro de leche, la pizca de sal, y la miel (o ágave o dátiles), y trituramos  con una batidora o robot de cocina unos 2 minutos. Después pasamos la mezcla por un colador muy fino, removiendo de vez en cuando la mezcla de avena con agua durante el proceso para que no vaya toda la avena al fondo y el colado sea progresivo. Yo aconsejo colarla un par de veces, la segunda, con un colador de tela. En este punto ya tenemos la leche de avena lista para tomar.

Variante:
Si quieres variar, te aconsejo otra opción que a mi me gusta tener de vez en cuando en el frigorífico para tomar directamente, sin añadir nada más:
Necesitas la leche de avena, una rama de canela, la corteza de medio limón.
Pon la leche en un cazo al fuego, añade la rama de canela y la corteza de limón y calienta a fuego lento unos 10 minutos. Viértelo en una jarra  o una botella de cristal y déjalo enfriar; tápalo y ponlo en la nevera hasta que esté fresquito. Pasado un tiempo, retira la corteza de limón para que no amargue. Sirve con un poco de canela en polvo por encima.

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